• Casa 1: Rebeldía en la identidad. Personalidad magnética, intensa y poco dispuesta a seguir normas sociales. Puede atraer juicios, pero también inspira autenticidad.
• Casa 2: Conflictos con el valor propio y el dinero. Deseo de independencia económica, necesidad de romper con patrones de carencia.
• Casa 3: Palabra poderosa, directa y a veces incómoda. Puede haber tensiones con hermanos o entorno cercano. Voz sanadora si se usa con consciencia.
• Casa 4: Energía intensa en el hogar y con la madre. Necesidad de crear un espacio propio donde ser libre. Puede cortar con tradiciones familiares opresivas.
• Casa 5: Pasión creativa y sexual sin filtros. Amores intensos, magnetismo en romances, pero también dramas si no hay consciencia.
• Casa 6: Rebelión frente a la rutina y la obediencia. Puede sentir limitación en trabajos repetitivos. Poder para sanar desde métodos poco convencionales.
• Casa 7: Relaciones intensas y desafiantes. Atrae parejas que despiertan la sombra. Libertad y autenticidad en los vínculos son clave.
• Casa 8: Sexualidad profunda, tabúes y poder oculto. Gran capacidad de transformación personal y contacto con lo místico o lo prohibido.
• Casa 9: Rebeldía en creencias y filosofía de vida. Rompe dogmas, busca su propia verdad, puede ser maestra espiritual no convencional.
• Casa 10: Imagen pública fuerte y desafiante. Puede cuestionar autoridades o roles sociales. Vocación ligada a ser disruptiva y auténtica.
• Casa 11: Amistades y grupos poco comunes. Puede sentirse outsider, pero también liderar cambios colectivos. Energía de revolucionaria.
• Casa 12: Sombras inconscientes muy poderosas. Lilith aquí da conexión con lo oculto, místico o espiritual, y pide sanar miedos profundos.